Reconocer los productos milagro es fácil, sólo debemos observar si en su publicidad o presentación aparecen:
- Testimonios: Es una técnica frecuente, generalmente utilizan a supuestos profesionales sanitarios que explican ambiguamente las propiedades del producto. También suelen utilizar testimonios de personas que aseguran haber probado el producto y que han conseguido resultados fabulosos en poco tiempo.
- Confusión entre publicidad o noticias científicas: Una estrategia utilizada por la publicidad de estos productos es hacernos creer que leemos una noticia científica, lo que tiende a confundir la opinión del consumidor.
- "Sin efectos secundarios": Estos productos aclaran que no causan efectos secundarios, porque son "totalmente naturales". Debemos tener en cuenta que aunque sean naturales, pueden producirnos efectos secundarios, como por ejemplo alergias. Es importante verificar que vienen descritos los componentes del producto para evitar cualquier efecto no deseado, pero sobre todo porque tenemos derecho a estar informados de lo que consumimos.
- Imágenes antes y después: Esta publicidad, casi siempre, está acompañada de imágenes "antes y después", las cuales son imposibles de comparar, por el tamaño y calidad de las fotografías, vestimenta y postura de la persona, etc.
- Ofrecen grandes pérdidas de peso, en pocas semanas, sin dejar de comer, sin hacer dieta, sin hacer ejercicios, comiendo todo lo que nos gusta... Este es quizás el mensaje estrella de los productos milagro, pero debemos ser conscientes de que una pérdida de peso tan agresiva no es saludable. No se puede eliminar en un par de semanas el peso que se ha acumulado a lo largo del tiempo.
- Mensajes que menoscaban la autoestima: Con frecuencia encontramos en la publicidad de estos productos frases que estimulan una mala percepción de nosotros mismos y que inducen a pensar que para sentirnos aceptados y queridos debemos estar delgados, haciéndonos creer que el éxito y el afecto sólo dependen de nuestra apariencia física.
- Domicilio mercantil: En muchos casos, la empresa que comercializa el producto no identifica su domicilio mercantil, o sólo proporciona un apartado de correos o un número de teléfono, dificultándose así el proceso de reclamación al que tenemos derecho los consumidores.
Fuente: cecu.es
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